¿Tu perra o tu gata puede seguir teniendo síntomas de estar en celo si está esterilizada?

La esterilización es un procedimiento común en mascotas que busca prevenir embarazos no deseados y contribuir a la salud general de perras y gatas. Sin embargo, muchos dueños se preguntan: ¿es posible que un animal esterilizado todavía muestre síntomas de celo?

La esterilización o ovariohisterectomía, consiste en extirpar los ovarios y el útero, eliminando la producción de hormonas reproductivas como el estrógeno. Teóricamente, esto debería impedir que la mascota vuelva a entrar en celo. Aun así, algunos perras y gatas esterilizadas pueden presentar: Inflamación o hinchazón de la vulva, descargas vaginales y conductas típicas del celo, como vocalización excesiva, frotarse contra objetos o elevar la parte trasera.

La causa más común es la presencia de tejido ovárico remanente, que se produce cuando una pequeña porción del ovario no se elimina completamente durante la cirugía. Incluso una mínima cantidad puede seguir liberando hormonas que desencadenan signos de celo.

Además del síndrome de ovario remanente, existen otras condiciones menos frecuentes pero más preocupantes:

• Tumores ováricos ectópicos: tumores en órganos distintos que imitan la producción hormonal de los ovarios.
• Disfunción hormonal: desequilibrios en hormonas de glándulas adrenales u otras que pueden provocar signos parecidos al celo.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de ovario remanente en perras y gatas esterilizadas?

El diagnóstico combina observación de síntomas, análisis de laboratorio y en algunos casos, estudios de imagen:

• Análisis de hormonas: niveles elevados de estrógeno en una mascota esterilizada sugieren tejido ovárico presente.
• Prueba de hormona luteinizante (LH): niveles bajos de LH en animales esterilizados indican ovario remanente.
• Ultrasonido: puede ayudar a localizar el tejido ovárico residual.

¿Cuál es el tratamiento recomendado para eliminar el tejido ovárico remanente y detener los síntomas del celo?

El tratamiento requiere una segunda cirugía para localizar y extirpar el tejido ovárico remanente. Aunque puede ser más compleja que la esterilización inicial, es la única manera de eliminar los síntomas y prevenir futuros problemas de salud asociados.

Aunque la esterilización generalmente elimina los síntomas del celo, algunos animales pueden seguir mostrando comportamientos asociados a esta etapa. Por eso, ante cualquier signo persistente, la consulta profesional es clave para garantizar la salud y el bienestar de la mascota.