MASCOTAS
¿Qué vacunas debe tener un perro? Este es el esquema obligatorio para tu lomito según su edad
El calendario de vacunación protege a los perros contra enfermedades graves.Las vacunas esenciales para todo perro incluyen las vacunas polivalentes (que protegen contra parvovirus, moquillo y adenovirus/parainfluenza) iniciadas en la primovacunación desde las 6–8 semanas y administradas cada 2–4 semanas hasta al menos las 16 semanas, y la vacuna antirrábica, que se aplica generalmente entre las 12 y 16 semanas y se refuerza según normativa local y recomendaciones veterinarias.
¿Cuándo debe recibir su primera vacuna un cachorro?
La primovacunación del cachorro suele iniciarse a las 6–8 semanas de vida; a partir de ese momento se administra la vacuna polivalente (a menudo llamada DA2PP o similar) y se repite cada 2–4 semanas hasta que el animal alcanza al menos 16 semanas, para sortear la interferencia de los anticuerpos maternos y asegurar protección efectiva. Es clave que el cachorro esté en buen estado de salud al momento de vacunar.
Las vacunas que son obligatorias son:
- Primovacunación (6–8 semanas): inicio de la pauta con vacunas polivalentes que cubren parvovirus, moquillo y adenovirus/parainfluenza.
- Refuerzos en la etapa de cachorro (cada 2–4 semanas hasta 16 semanas): completar la serie de la vacuna polivalente para garantizar inmunidad.
- Vacuna antirrábica (12–16 semanas): se administra la primera dosis en ese rango de edad; los intervalos de revacunación posteriores dependen de la legislación local y del tipo de vacuna (algunas jurisdicciones exigen anual, otras cada 1–3 años). Consulta siempre la normativa de tu país y la recomendación de tu veterinario.
- Pauta de adulto: tras la primovacunación, suele indicarse un refuerzo al año y, a partir de ahí, controles periódicos; la periodicidad de revacunación (especialmente para rabia y polivalente) se ajusta según la vacuna empleada y recomendaciones regionales.
¿Cómo detectar si mi perro necesita atención veterinaria?
Prestar atención a cambios en conducta y síntomas físicos es crucial. Signos que requieren consulta inmediata incluyen letargo extremo, vómitos persistentes o con sangre, diarrea intensa, dificultad para respirar, temblores o convulsiones, cojera marcada, o cualquier hinchazón facial y dificultad para tragar tras una vacuna (posible reacción alérgica). Antes de vacunar, el animal debe estar sano: si está enfermo o tiene fiebre, el veterinario pospondrá la vacuna.
Después de la administración, observe a su perro durante 24–48 horas por reacciones (letargo breve y pérdida de apetito pueden ser normales); reacciones severas requieren atención urgente. Mantener una cartilla de vacunación actualizada facilita controles y viajes.
¿Qué prácticas complementan un plan de vacunación responsable?
Además de las vacunas “core”, existen vacunas no obligatorias que se recomiendan según el riesgo ambiental y el estilo de vida del perro: Leptospirosis, Bordetella (tos de las perreras/kennel cough), Enfermedad de Lyme, Coronavirus canino y, en zonas endémicas, Leishmaniosis. La elección de estas vacunas debe hacerla el veterinario basándose en factores como la presencia de roedores, el contacto con otros perros, viajes a zonas endémicas o la estancia en residencias y perreras.
Además de vacunar, se recomienda: realizar desparasitaciones periódicas, visitas de control anuales o según indique el veterinario, protección contra pulgas y garrapatas (importante para prevenir vectores de Leishmania y Lyme), y mantener una dieta equilibrada y ambiente seguro. Considera solicitar al profesional un plan personalizado (calendario en función de edad, peso, estilo de vida y región) y, si lo necesitas, explorar alternativas de apoyo como seguros para mascotas que cubran consultas y orientación veterinaria.