Todos, en algún momento, hemos padecido la molesta retención de líquidos. También conocida como edema, esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo y se presenta cuando el cuerpo acumula una cantidad anormal de líquidos en los tejidos.
Aunque en muchos casos se trata de una molestia pasajera, si no se atiende adecuadamente, puede ser un síntoma de problemas más serios.
¿Cómo identificar los síntomas de retención de líquidos antes de que se complique tu salud?
El edema suele manifestarse con hinchazón en pies, tobillos, manos o abdomen e incluso puede provocar aumento de peso repentino. Las causas son diversas: desde una dieta alta en sodio, sedentarismo o cambios hormonales, hasta condiciones más delicadas como enfermedades del corazón, los riñones o el hígado.
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También existe un tipo menos conocido llamado edema cíclico idiopático, que aparece sin una causa médica clara. Una de las formas más efectivas para prevenir y combatir la retención de líquidos es a través de una alimentación equilibrada y baja en sodio.
El exceso de sal es uno de los principales factores que favorecen la acumulación de agua en el organismo. La dietista-nutricionista Cecilia Montagna, en la revista Corazón y Salud de la Fundación Española del Corazón (FEC), señala que priorizar alimentos frescos y naturales es fundamental para mantener el equilibrio hídrico del cuerpo.
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En cambio, se deben evitar productos ultraprocesados como embutidos, patés, sopas instantáneas, conservas y frutos secos salados, que suelen contener altos niveles de sodio. Una alternativa saludable es sazonar las comidas con especias, hierbas aromáticas, limón o vinagre, que aportan sabor sin añadir sal.
¿Cuáles son las mejores frutas y verduras para combatir el edema de forma natural?
Montagna destaca varios grupos de alimentos que no solo ayudan a prevenir el edema, sino que también favorecen la salud general:
Frutas
La sandía, el melón, la piña y la naranja son ricas en agua y favorecen la diuresis natural del cuerpo. Otras frutas como el plátano y el kiwi aportan potasio, un mineral que contrarresta los efectos del sodio y regula los líquidos del organismo.
Verduras
El pepino, el apio, el calabacín y los espárragos destacan por sus propiedades diuréticas. Estas verduras deben preferirse crudas o al vapor, evitando las versiones enlatadas que suelen contener conservantes y sal añadida.
Legumbres
Aunque a menudo se pasan por alto, las lentejas, los garbanzos y las habichuelas son excelentes aliados. Son ricas en proteína vegetal y fibra y bajas en sodio si se preparan en casa. Si se consumen en conserva, es recomendable lavarlas bien antes de su consumo.
Pescados
El pescado fresco o congelado es una fuente de proteína saludable y baja en sodio. Además, contiene omega-3, beneficioso para la salud cardiovascular. Sin embargo, las versiones ahumadas, en conserva o saladas deben evitarse.
Lácteos
Los lácteos naturales como la leche, los yogures sin azúcar y los quesos frescos o sin sal pueden formar parte de una dieta equilibrada. En cambio, los quesos curados, semicurados y procesados deben consumirse con moderación por su alto contenido de sodio.
¿Cuándo es recomendable consultar al médico?
Si la hinchazón no desaparece o se presenta junto a síntomas como fatiga, dificultad para respirar o dolor, es importante consultar con un profesional de la salud. La retención de líquidos, aunque a veces parezca inofensiva, puede ser el primer indicio de afecciones más graves relacionadas con el corazón, los riñones o el hígado.
Aunque el edema suele considerarse una molestia pasajera, no debe subestimarse. Mantener una alimentación equilibrada, realizar ejercicio de forma regular y acudir a revisiones médicas periódicas son claves para prevenir que un problema menor se convierta en una complicación seria.
