En tiempos donde la limpieza del hogar se ha vuelto una prioridad, muchas personas buscan alternativas eficaces, seguras y económicas para mantener sus espacios desinfectados. Sin embargo, los productos convencionales suelen contener sustancias químicas agresivas, como lejía o alcohol, que pueden irritar la piel, afectar las vías respiratorias e incluso dañar el medio ambiente.
Como respuesta a este problema, el proyecto europeo 3E ha creado una alternativa innovadora: un dispositivo doméstico que produce una solución desinfectante utilizando solo agua del grifo y sal de mesa, eliminando el uso de sustancias tóxicas y reduciendo al mínimo su huella ecológica.
¿Es posible una tecnología de limpieza que sea efectiva, segura, ecológica y al alcance de todos?
El dispositivo 3E funciona mediante electrólisis, un proceso que transforma la mezcla de agua y sal en una solución potente de ácido hipocloroso e hidróxido de sodio. Estos compuestos se producen “in situ”, reduciendo así costos y dependencia de cadenas de suministro.
Te podría interesar
Además, pueden usarse para desinfectar superficies, aire, frutas y verduras e incluso para la higiene de ropa y calzado.
El ácido hipocloroso, aprobado como desinfectante de amplio espectro, es una sustancia que el cuerpo humano produce de manera natural para combatir patógenos. Es seguro para personas y mascotas, no irrita la piel y no es inflamable a diferencia del alcohol. También se puede usar como ambientador para eliminar olores.
Te podría interesar
Por su parte, el hidróxido de sodio es un conocido agente limpiador que disuelve eficazmente grasa y residuos proteicos, lo que lo convierte en un excelente complemento para la limpieza profunda.
¿Cómo puede una solución casera reducir drásticamente los residuos, el transporte y las emisiones contaminantes?
Más allá de su eficacia, que alcanza un 99,9 % en la eliminación de patógenos, el dispositivo 3E se distingue por su bajo impacto ambiental. Según datos del proyecto, permite reducir el consumo de materias primas hasta en un 82 % y las necesidades de transporte en un 87 %, comparado con los productos convencionales.
Además, utiliza una botella pulverizadora reutilizable, disminuyendo notablemente los residuos plásticos. “3E no solo favorece una limpieza sin toxinas más fácil y divertida, sino que también nos ayuda a contribuir a un medio ambiente más limpio en muchos aspectos”, añade Hakan Yedier, coordinador del proyecto.
Además del dispositivo base, el consorcio desarrolló extractos de detergente específicos para manchas difíciles, ideales para el uso en cocina, baño o como limpiador multiusos. La versatilidad del sistema busca fortalecer las medidas de prevención contra enfermedades sin comprometer la salud humana ni la del planeta.
Con esta propuesta, el proyecto 3E marca un paso adelante hacia una higiene más inteligente, segura y sostenible, respondiendo tanto a las necesidades de salud pública como a los retos medioambientales de nuestro tiempo.