Con la llegada del otoño en México, también comienza la temporada de una especie que ha estado rodeada de supersticiones por generaciones: la mariposa de la muerte, también conocida como bruja negra o ratón viejo.
Aunque su aspecto y nombre despiertan temor, en realidad se trata de un insecto inofensivo e incluso benéfico para el medio ambiente.
¿Cuándo comienza la temporada de la mariposa de la muerte y por qué genera temor popular?
La temporada de la mariposa de la muerte inicia en octubre, siendo más común su avistamiento en las semanas previas al Día de Muertos, celebrado cada 2 de noviembre.
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Es precisamente esta cercanía con una de las festividades más importantes y espirituales del país lo que ha contribuido a su fama como símbolo de mal augurio o señal del más allá.
En estas fechas, su presencia se intensifica principalmente en zonas boscosas, rurales o en áreas donde hay árboles con savia expuesta, frutas en descomposición o flores, ya que estos forman parte de su dieta. También suele acercarse a las zonas urbanas por la atracción que siente hacia la luz artificial, lo que hace que a veces entre en casas o patios durante la noche.
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¿Qué significado tenía la mariposa de la muerte en las culturas prehispánicas de México antiguo?
El nombre proviene del náhuatl "Mictlanpapalotl", que significa mariposa del inframundo o mariposa de la muerte. De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y la UNAM, esta mariposa fue asociada en la época prehispánica con el Mictlán, el mundo de los muertos, reforzando así su conexión con creencias sobrenaturales.
Sin embargo, pese a su nombre e imagen imponente, esta mariposa no es venenosa, no pica ni representa peligro alguno para las personas. Al contrario, su papel en la naturaleza es fundamental, ya que contribuye a la polinización y al equilibrio ecológico.
¿Cómo identificar a la mariposa de la muerte y diferenciarla de otras especies?
La mariposa de la muerte es un insecto de gran tamaño, con una envergadura alar que puede oscilar entre los 13.6 y 16 centímetros. Aunque suele asociarse con el color negro, también puede presentar tonalidades marrones, grises u ocres, que le permiten camuflarse fácilmente entre los árboles durante la noche y escapar de sus depredadores.
A pesar de la creencia popular que la vincula con la mala suerte o con eventos negativos, su ausencia, más que su presencia, podría ser motivo de preocupación. La desaparición de estas mariposas en ciertas regiones puede reflejar problemas ambientales serios, como la deforestación, la contaminación de fuentes de agua, el uso de pesticidas tóxicos o la pérdida de las plantas de las que depende para alimentarse.