Los pastes son una de las delicias gastronómicas más representativas de Hidalgo, y si eres amante de este tradicional platillo, hay un destino imperdible para disfrutar de los mejores. En este Pueblo Mágico no solo encontrarás una gran variedad de pastes, sino también una historia minera fascinante, paisajes impresionantes y un ambiente acogedor que te transportará al pasado.
¿Cuál es el Pueblo Mágico de Hidalgo donde venden los mejores pastes?
Si hablamos de los mejores pastes, hay un destino que destaca por encima de todos: se trata del Pueblo Mágico de Real del Monte. Este encantador lugar es conocido como la cuna del paste en México, ya que su historia está ligada a la llegada de mineros ingleses en el siglo XIX, quienes introdujeron esta receta que con el tiempo adoptó un toque mexicano.
En Real del Monte puedes degustar pastes tradicionales de papa con carne, así como versiones más innovadoras con ingredientes como mole, tinga, frijol con chorizo o incluso opciones dulces como piña, arroz con leche o hasta de queso con zarzamora.
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¿Qué puedes hacer en Real del Monte?
Además de deleitarte con sus famosos pastes, en Real del Monte hay muchas actividades para disfrutar como:
- Recorrer el centro histórico: Camina por sus calles empedradas, descubre su arquitectura colonial y visita la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.
- Museo del Paste: Conoce la historia detrás de este delicioso platillo y aprende a preparar tu propio paste.
- Panteón Inglés: Un sitio lleno de historia y misterio, donde descansan los restos de mineros ingleses que vivieron en la región.
- Mina de Acosta: Descubre el legado minero del pueblo en un recorrido por una antigua mina.
- Mirador del Cerro del Lobo: Disfruta de una vista espectacular del Pueblo Mágico y sus alrededores.
Visitar Real del Monte es una experiencia inolvidable donde la gastronomía, la cultura y la historia se fusionan en un solo lugar, es por eso que si buscas el Pueblo Mágico donde preparan los mejores pastes en México, este lugar en Hidalgo te espera con los brazos abiertos y el horno encendido.