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¡Se prohíbe la entrada a Influencers! Esta fue la drástica medida de un restaurante en Guanajuato

Un restaurante de Guanajuato prohíbe la entrada a influencers tras cansarse de quienes graban contenido, piden comida gratis y afectan a otros clientes; así reaccionaron las redes sociales.

Prohíben la entrada a influencer en restaurant de Guanajuato.
Prohíben la entrada a influencer en restaurant de Guanajuato.Créditos: Canva Pro
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En los últimos días, un restaurante de Guanajuato se volvió tendencia tras colocar un anuncio que sorprendió a propios y extraños. La medida generó curiosidad inmediata entre los usuarios, quienes no tardaron en buscar más información sobre lo ocurrido y las razones detrás de esta decisión tan poco común en la industria gastronómica.

Aunque el mensaje parecía simple, su trasfondo despertó un intenso debate en internet, especialmente entre quienes están cansados de ciertas prácticas que se han vuelto frecuentes en establecimientos de comida. Lo que pasó en este local no solo llamó la atención, también abrió la conversación sobre los límites entre la creación de contenido y el respeto a los espacios públicos.

¿Por qué prohíben la entrada a influencers en restaurante de Guanajuato?

Todo comenzó cuando el negocio colocó un letrero en la entrada con una frase contundente: “PROHIBIDA LA ENTRADA si vienes a grabar contenido”. De acuerdo con el dueño, la decisión se tomó después de lidiar repetidamente con creadores que llegaban con cámaras, luces y todo un “set” para grabar videos y tomar decenas de fotos, afectando la experiencia de otros clientes.

El propietario explicó que estos visitantes pedían prácticamente la carta completa “para el reel”, generaban ruido y bloqueaban pasillos mientras preparaban su contenido. Pero el verdadero problema surgía cuando, al finalizar, intentaban no pagar la cuenta, proponiendo trueques, intercambio por una publicación o incluso pidiendo comer gratis bajo el argumento de estar ofreciendo “publicidad”.

Cansado de esta situación, el dueño fue directo y tajante:
“Esto es un restaurante, no un set de grabación. Aquí se viene a comer y a pagar la cuenta.”

Aunque muchos negocios suelen aceptar colaboraciones con creadores digitales, este establecimiento decidió poner un límite claro para proteger el ambiente tranquilo que sus clientes habituales buscan. El anuncio rápidamente se volvió viral debido a su firmeza y a que refleja una problemática cada vez más común en la era de las redes sociales.

Opiniones en redes sociales tras la prohibición a influencers

Tras viralizarse la fotografía del letrero, las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Sorprendentemente, o quizá no tanto. La mayoría de usuarios aplaudió la medida, argumentando que muchos creadores han abusado de su influencia para pedir comida sin pagar o interrumpir la experiencia de los demás comensales.

Comentarios como “Ya era hora”, “Ojalá se convierta en una ley a nivel nacional” y “Los restaurantes no están obligados a regalar nada” fueron algunos de los más repetidos. Para varios internautas, esta decisión representa un paso necesario para evitar que el deseo de grabar contenido afecte el funcionamiento normal de los negocios.

Incluso algunos consumidores señalaron que han vivido experiencias incómodas por tener mesas a un lado donde influencers pasan largo tiempo grabando, repitiendo tomas y creando un ambiente poco agradable para quienes solo buscan comer tranquilos.

En general, el apoyo hacia el restaurante fue contundente, y muchos usuarios felicitaron al dueño por defender su trabajo, el tiempo de sus empleados y la comodidad de sus clientes.

La drástica medida tomada por este restaurante en Guanajuato no solo marca un precedente, también refleja el creciente debate sobre los límites de la creación de contenido en espacios públicos. Mientras algunos consideran que los influencers pueden aportar visibilidad a los negocios, otros creen que es necesario poner reglas claras para evitar abusos.

Lo cierto es que la decisión del establecimiento generó una ola de apoyo en redes sociales, donde miles de personas respaldaron la prohibición. Al final, el mensaje es simple: los restaurantes están pensados para disfrutar comida y convivencia, no para convertirse en estudios improvisados.