Netflix vuelve a estremecer al público con una historia real que desafía los límites del horror psicológico, “Monstruo: La historia de Ed Gein”, la nueva entrega de la antología creada por Ryan Murphy e Ian Brennan, muestra cómo la locura, la represión y el aislamiento pueden convertir a un hombre en el monstruo más temido de Estados Unidos.
Pero más allá de los crímenes, el final de la serie deja un mensaje que pocos espectadores lograron captar y a quí en FM Globo te contamos todo lo que posiblemente no viste. .
¿De qué trata la miniserie “Monstruo: La historia de Ed Gein”?
La tercera temporada de la exitosa antología “Monstruo” centra su trama en Edward Gein, un hombre solitario que vive en una granja deteriorada en Plainfield, Wisconsin, durante la década de 1950. A primera vista parece un vecino amable, pero detrás de esa apariencia se esconde una mente perturbada.
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A medida que la serie avanza, los espectadores descubren los secretos más oscuros de su hogar: objetos hechos con restos humanos y un patrón de asesinatos que estremeció a todo el país.
Sin embargo, Murphy no busca solo retratar la violencia, sino explorar las causas detrás de ella: la obsesión enfermiza de Ed con su madre, la represión religiosa y el aislamiento extremo que lo llevaron al límite.
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“Monstruo: La historia de Ed Gein” no es solo un relato de horror; es un retrato psicológico que examina cómo la soledad y el fanatismo pueden deformar la mente humana hasta lo impensable.
¿Quién era Ed Gein?
Edward Theodore Gein, conocido como "El Carnicero de Plainfield", nació en 1906 en Wisconsin. Su infancia estuvo marcada por una madre extremadamente religiosa, Augusta Gein, quien le inculcó una visión distorsionada del pecado y del papel de las mujeres. Tras la muerte de ella, Ed perdió completamente la conexión con la realidad.
Entre 1954 y 1957, Gein asesinó a dos mujeres: Mary Hogan y Bernice Worden y desenterró varios cadáveres femeninos para fabricar máscaras, ropa y muebles con sus restos. Cuando fue detenido, la policía descubrió una escena tan macabra que inspiró a personajes icónicos del cine de terror como Norman Bates (Psicosis), Leatherface (La masacre de Texas) y Buffalo Bill (El silencio de los inocentes).
Declarado legalmente insano, Ed Gein pasó el resto de su vida en una institución psiquiátrica, donde murió en 1984.
Final explicado de “Monstruo: La historia de Ed Gein”
El desenlace de la serie no se enfoca en el horror físico, sino en la mente devastada del protagonista. En los últimos episodios, Ed tiene una alucinación en la que cree ayudar al FBI a capturar a Ted Bundy, reflejando su deseo de ser comprendido y, a la vez, su desconexión total de la realidad.
La secuencia final muestra a Ed sentado junto a su madre en el porche, tomando limonada bajo un atardecer apacible, ella le dice la frase: “Solo te querrá tu madre”, una línea cargada de simbolismo que resume el eje emocional de toda la historia. Esa imagen representa el refugio psicológico al que Gein se aferra: un amor enfermizo que terminó por destruirlo.
Paralelamente, la serie muestra el descubrimiento de los horrores en su granja y su juicio, donde es declarado mentalmente insano. En una escena final en el cementerio, se sugiere que incluso la tierra que cubre los restos de sus víctimas guarda el peso de sus actos, cerrando con una reflexión sobre la culpa y la deshumanización.
“Monstruo: La historia de Ed Gein” no busca glorificar al asesino, sino entender cómo nació el verdadero horror detrás de su historia. Con un enfoque psicológico, la miniserie de Netflix convierte a Ed Gein en un espejo oscuro de los traumas humanos y de la influencia destructiva del fanatismo. El final, con su tono melancólico y simbólico, deja claro que el verdadero monstruo no está en sus crímenes, sino en la soledad y el amor enfermizo que lo llevaron a perder la razón.
