Los labios no solo son una parte fundamental de nuestra expresión, también son una de las zonas más delicadas del cuerpo. A diferencia de otras áreas de la piel, no producen aceites naturales, por lo que se resecan con facilidad. Además, están expuestos constantemente al sol, al viento, a la contaminación y a factores como el maquillaje o el clima.
Por eso, cuidar los labios va mucho más allá de aplicar brillo o labial: mantenerlos hidratados y exfoliados es clave para que se vean sanos, suaves y con mejor volumen. A continuación, te presentamos tres recetas fáciles de exfoliantes caseros que puedes hacer con ingredientes que probablemente ya tienes en casa:
Vaselina y azúcar
El clásico infalible, ideal para quienes buscan rapidez y efectividad.
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Preparación: Mezcla en un bol pequeño un poco de vaselina (sin perfume) con media cucharadita de azúcar blanca. Aplica la mezcla sobre los labios haciendo movimientos circulares suaves. Remueve con un pañuelo húmedo. Deja una sensación hidratante inmediata.
Azúcar moreno y aceite de oliva
El aceite de oliva virgen extra aporta nutrición y elasticidad a la piel.
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Preparación: Mezcla una cucharadita de azúcar moreno con otra de aceite de oliva. Al obtener una textura arenosa, aplica sobre los labios con delicadeza. Es ideal para labios muy secos o agrietados.
Miel y bicarbonato
Una exfoliación profunda cada 15 días. Ideal para una limpieza más intensa, pero siempre con ingredientes suaves.
Preparación: Combina una cucharada de miel pura con una cucharadita de bicarbonato de sodio. Puedes agregar una gota de aceite de oliva para mayor hidratación. Masajea suavemente y enjuaga con agua tibia.
¿Qué debes hacer después de exfoliar tus labios para mantenerlos realmente hidratados?
No olvides aplicar un bálsamo labial o aceite hidratante después de exfoliar. Tus labios estarán más receptivos y agradecerán el extra de cuidado.
Exfoliar no solo mejora la textura de los labios, también realza su forma y los hace lucir más llenos y saludables.
