El agua potable ha sido un tema de interés en los últimos días, esto debido a la calidad que está presentando últimamente, lo cual, ha incentivado la molestia de la ciudadanía.
Desde hace algunos días, personas que viven a los alrededores de la alcaldía Benito Juárez en la CDMX han manifestado su descontento, pues por lo que comentan, el agua que ha llegado a sus casas tiene presencia de partículas extrañas y un olor que les recuerda al de los combustibles, además de que tiene una textura oleosa.
Esto ha incrementado las dudas de la población acerca del riesgo de utilizar e inclusive, beber agua de dudosa calidad; así que en FM Globo te daremos algunos tips que te ayudarán a saber si el agua está contaminada y así poder medir la calidad de esta.
¿Cómo saber si el agua de mi casa está contaminada?
Para determinar si el agua de tu domicilio llegó en mal estado debes seguir los siguientes tips que te podrían ayudar.
- Observación: La presencia de partículas extrañas o cambios de color inusuales pueden indicar contaminación. Sin embargo, algunas formas de contaminación podrían no ser visibles.
- Olor: A través de los olores podemos determinar si el agua está contaminada; estos pueden denotar la presencia de contaminantes químicos o biológicos.
- Análisis químicos: Los análisis de laboratorio son la forma más confiable de identificar contaminantes específicos, como bacterias patógenas, nitratos, metales pesados y compuestos orgánicos volátiles, incluso en concentraciones mínimas.
- Kit de prueba de calidad casero: Existen kits que permiten realizar pruebas básicas en casa para detectar contaminantes como plomo, cloro, nitratos y medir el pH.
Es crucial tomar en cuenta si la calidad del agua es mala, ya que esto podría presentar problemas a la salud. En caso de duda, se recomienda el uso de agua embotellada o filtrada hasta que se confirme a través de análisis profesionales.
¿Qué daños puede causar la contaminación del agua?
El agua contaminada puede ocasionar la transmisión de enfermedades como el cólera, enfermedades diarreicas, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea y la poliomielitis, además de otras enfermedades colaterales que podrían ser más graves.